Cuando abandonar: Una funcionalidad, un producto, un trabajo o una carrera profesional
Parece que persistir a cualquier precio es una virtud, pero la realidad es que más que una virtud, deberíamos verlo como una elección.
TL;DR
Parece que la cultura general, y sobre todo la americana, celebran seguir intentándolo y persistir hasta conseguir lo que queremos.
Esta cultura de no abandonar, de seguir y seguir, tiene por axioma que si seguimos conseguiremos lo que queremos y que si abandonamos seremos unos fracasados.
¿Pero es esta idea de persistir cueste lo que cueste realista?
Dejar Careershifters fue una de las decisiones más duras de mi vida. No solo dejaba una empresa que me encantaba y me inspiraba, sino que también dejaba atrás un montón de esfuerzo, ideas, horas de trabajo y fin de semana, y la posibilidad de traer Careershifters a España. Pero también sé que fue la decisión acertada.
Lo mismo pasa cuando le pones mucho tiempo y esfuerzo a una funcionalidad que estás seguro que funcionará, pero que al sacarla ves que no genera los resultados que esperabas.
¿Hasta cuando iteras esa funcionalidad para que finalmente “funcione”?
Y la misma historia se repite cuando sacas nuevas lineas de producto que piensas que tus clientes recurrentes amarán, y ves que nadie compra.
¿Sigues dándole vueltas al producto?¿O aceptas que quizás nunca funcionará?
Pareciera que seguir intentándolo es bueno y abandonar es malo.
En este post contaré cómo tomé la decisión de dejar Careershifters, y también algunos de mis grandes fracasos a la hora de lanzar productos y funcionalidades que estaba seguro funcionarian, pero fracasaron estrepitosamente.
Y la realidad es que abandonar en algunas ocasiones fue sencillo, y en otras fue una auténtica tortura.
Gracias al libro “Quit", de Annie Duke he podido entender mejor los sesgos cognitivos que hacen que abandonar sea tan dificil.
También gracias a este libro he podido evaluar las decisiones que tomé en el pasado, y siento que estaré mejor preparado para “abandonar mejor y más pronto” en el futuro.
La historia de Muhammad Ali
En Octubre de 1974 Muhammad Ali consiguió uno de los grandes logros en la historia del deporte.
Ganó a George Foreman y reconquistó el título de peso pesado después de 10 años para ganar su segundo titulo de boxeo de peso pesado.
¿Porqué paso tiempo tanto tiempo entre el primer título y el segundo?
Siete años antes le habían quitado todos sus trofeos de boxeo después de que se negara a luchar en la guerra de Vietnam.
Después de este evento, a Ali se le prohibió boxear. Y tardó más de 7 años en conseguir que se le permitiera volver al ring para defender el título que consiguió en 1964.
El día del torneo contra Foreman, Ali tenía 33 años. Por otro lado, Foreman era más joven, había ganado todos las luchas que había tenido en menos de dos rounds, y la gente lo consideraba indestructible.
Cuando Muhhammed Ali ganó a Foreman, se convirtió en el boxeador más grande de todos los tiempos, pero no sólo eso. Ali ese día también se convirtió en el símbolo mismo de la cultura popular de que todo se puede conseguir si perseveras y no abandonas tu objetivo.
Pero la historia y la carrera de Muhammed Ali no acabó ahí.
Alí siguió boxeando 7 años más, hasta los 41 años.
Alí siguió boxeando, y su salud empezó a deteriorarse. A los 37 años su médico hizo test de sus riñones, y estaban afectados. El médico le pidió, le suplicó que dejara de boxear, pero Ali siguió luchando.
Y fue por esa decisión de no abandonar, que el que acabó abandonando fue su médico.
En 1980, y bajo circunstancias sospechosas, le dejaron boxear contra Larry Holmes, el ganador de los pesos pesados de ese año.
Larry Holmes le dió una paliza a Ali, y después lloró por lo culpable que se sintió al humillar al mejor boxeador de todos los tiempos. Si ves el torneo, que duró menos de 5 minutos, está más que claro que Ali no debería de haberse subir al ring ese día.
Después de este torneo, estaba claro que Ali tenía que retirarse, pero como él no quería, se le prohibió boxear en EEUU. A pesar de todas las advertencias el nunca se rindió, persistió, y pagó un precio muy alto que impactó su salud.
En los últimos años de su carrera le advirtieron que tantos golpes en su cabeza podrían afectar su cerebro, pero Ali siguió boxeando. Seguramente fuese este persistir la razón por la que en 1984 se le diagnosticara la enfermedad de Parkinson, que le acompañó hasta su muerte.
Como vemos en la historia de Muhhamed Ali, persistir no siempre es la mejor elección, cambia según el contexto en el que nos encontremos, y el contexto cambia constantemente.
Los sesgos cognitivos que no nos permiten abandonar
Ali y muchas más personas han hecho famosa esta creencia de que quien persiste y no abandona consigue todo lo que quiere.
Pero sabemos basándonos en hechos que esto no siempre es así.
Si quieres ser cantante pero tu voz es horrible, no podrás triunfar. De la misma manera, no es muy realista querer empezar una carrera en el deporte a la edad de 50, por muchas ganas que tengas.
Y a veces, como en el caso de Ali, esta perseverancia imparable es destructiva, y la cosa más sana que se puede hacer es abandonar.
Quizás el problema no esté en persistir en sí mismo, sino en elegir en qué cosas persistir y cuando dejar de persistir en ciertas cosas para poder persistir en otras.
¿Pero por qué persistimos y persistimos?¿Qué es lo que no nos deja parar incluso cuando hay signos de que por mucho que sigamos no llegaremos a nuestros objetivos?
A continuación veremos algunos de los sesgos cognitivos que nos llevan a tomar a veces la mala decisión de perseverar en vez de abandonar.
Sesgo #1: Perseverar es bueno, abandonar es malo
Cuando se oyen historias en donde alguien persevera, todo el mundo aplaude. Es ir en contra de la inercia de una sociedad complaciente, porque mucha gente abandona demasiado pronto.
Abandonar es sinónimo de perder, de ser un cobarde, de darse por vencido.
Los ganadores nunca se rinden, y siempre lo intentan una vez más.
Abandonar, rendirse, tiene una connotación muy negativa. Piénsalo, ¿Cuándo fue la última vez que felicitaste a alguien por abandonar?
Por otro lado, perseverar está super bien visto. La gente te anima, incluso cuando los signos son desfavorables, a que no abandones.
Son los valientes los que lo siguen intentando, recordando la famosa frase de Churchill de que una victoria se consigue persistiendo y nunca abandonando.
Es por esto que, en vez de ver “perseverar” y “abandonar” como 2 opciones igualmente válidas, perseverar se percibe como positiva mientras que abandonar se ve como negativa.
Sesgo #2: La pérdida del valor obtenido
Imaginemos el siguiente escenario.
Te doy 100€ y te invito a que tires una moneda al aire. Si sale cara, te doy 100€ más. Si sale cruz te quilo los 100€. ¿Qué harías?
Ahora imagina que te quito 100€, y te invito a tirar una moneda al aire y si sale cara, te devuelvo los 100€, y si sale cruz, te quito otros 100€ ¿Qué harías?
La mayoría de la gente, cuando se le da dinero prefiere quedárselo y no arriesgar, por el miedo al dolor que sería perderlo. Pero si ya has perdido dinero, estás más dispuesto a arriesgar.
Imaginemos el mismo caso, pero cambiando un poco los números.
Te doy 100€ y te invito a que tires una moneda al aire. Si sale cara, te doy 125€ más. Si sale cruz te quilo los 100€. ¿Qué harías?
Ahora imagina que te quito 100€, y te invito a tirar una moneda al aire y si sale cara, te devuelvo los 100€, y si sale cruz, te quito otros 125€ ¿Qué harías?
Objetivamente la primera opción invita a arriesgar, porque ganaríamos un 25% más, mientras que la segunda invita a no arriesgar, porque estaríamos metidos en más deuda.
Y seguramente, a pesar de los números, tu cerebro seguirá queriendo quedarse los 100€ e intentar recuperar los 100€ en caso de que nos lo hayan quitado.
Sesgo #3: Escalada de compromiso
Muchas veces, cuando empezamos algo y le dedicamos tiempo, nos empeñamos en seguir y perseguirlo, sin pensar en las consecuencias.
Hay founders que a pesar de que todos los signos indican que tu startup no funcionará, que hay competidores más fuertes, que por mucho que sigas intentándolo es imposible ganar el en mercado, persisten hasta gastarse el último céntimo de inversión que se les ha dado.
Y lo mismo pasa en algunos maratones. Hay corredores que empiezan a sentir un dolor pero deciden que no van a parar de correr.
Algunos acaban muriendo de un infarto mientras que otros corren con los huesos rotos.
Sesgo #4: El sesgo de la atención selectiva
A veces tenemos la verdad delante de nuestras narices pero no la vemos.
Para probar cómo nos perdemos grandes detalles cuando nuestra atención está enfocada en una cosa concreta, los psicólogos de comportamiento Daniel Simons y Christopher Chabris hicieron el experimento que está abajo
Esto es, invitaron a que las personas cuenten el número de veces las personas vestidas de blanco se pasaban el balón.
Te invito a que dejes de leer y hagas la prueba tu mismo
¿Cuántas veces se pasa el balón la gente de blanco?
La respuesta correcta es 15.
Pero, ¿te diste cuenta de la persona vestida de gorilla que pasaba por en medio del video?
No te sientas mal si no lo viste. El 50% de las personas que fue parte de este experimento tampoco lo vió.
Sesgo #5: El sesgo de tu identidad
Si dejas de hacer lo que haces, ¿quién eres?
Esta asociación con tu identidad, con quien tu eres, te lleva a seguir adelante y tomar malas elecciones, incluso decisiones auto destructivas, con el único propósito de mantener tu identidad intacta.
El problema de identidad lo vemos de forma clara en Ali. Él era boxeador, y esto era su vida. Si dejaba de boxear, ¿En qué se convertía Mohhammed Ali?
Este sesgo cognitivo nos lleva a perder la objetividad y preferir el camino que llevamos siguiendo hasta el momento en vez de parar.
Un claro ejemplo de esto lo tenemos en España con Rafa Nadal. Rafa tiene todas las señales que tenía Muhhamed Ali de que tiene que parar, pero él prefiere seguir porque su vida es el tenis.
Rafa ha sido incluido entre la lista de participantes del próximo Conde de Godó, que comenzará el próximo 13 de abril de este año.
Y ha ingresado en la lista gracias al ranking protegido, ya que actualmente se encuentra en la 647ª posición de la clasificación ATP.
Lo vuelvo a escribir por si no lo has leído bien. Rafa está en la posición 647 de la clasificación de la ATP.
Todas las señales dicen que debería retirarse, pero si Rafa Nadal deja de jugar al tenis, ¿quien es Rafa Nadal?¿Y que pasa con todos los sacrificios que ha hecho para poder llegar a donde ha llegado?
Cómo evitar estos sesgos cognitivos
Aquí veremos cómo evitar estos sesgos cognitivos para que podamos tomar las mejores decisiones posibles para poder sacar el mayor valor
Antídoto #1: Define tus objetivos y un criterio para abandonar
¿Alguna vez te has preguntado porqué haces lo que haces en el trabajo?¿Cuales son los resultados que quieres conseguir?¿Están claramente definidos?
El punto más importante aquí es que hay que definir objetivos extremadamente claros y hacer seguimiento constante de los mismos.
Con esta funcionalidad concreta, ¿Cuando tienes pensado crecer en los 3 meses posteriores al lanzamiento?¿Un 5%?¿Un 10%?¿Un 25%?
Todos estos números necesitan reflexión profunda, tiempo y análisis, y en muchas ocasiones nos saltamos este análisis porque queremos sacar la funcionalidad lo antes posible.
Pero si no paras y mides ¿Cómo sabrás si tienes que seguir adelante o abandonar?
Y esto no pasa sólo con una funcionalidad.
¿Qué objetivos tienes a nivel profesional?¿Qué hitos te has marcado a conseguir en tu empresa?¿Qué conocimiento estás adquiriendo y para cuando habrás completado dichos estudios?
Un ejemplo muy bueno del libro “Quit” está en las personas que hacen expediciones al monte Everest.
Tienen una regla concreta.
Si no han llegado al siguiente punto de control para la 1pm, la regla es que se danla vuelta y vuelven al punto de control anterior.
Muchos han seguido ese consejo y han vivido para contarlo. Pero otro han perseverado después de la 1pm, y en esa perseverancia han pedido la vida.
Suena obvio cuando lo lees en el calor de tu casa poner reglas y cumplirlas.
Pero imagínate estar en el monte everest, a punto de llegar al siguiente punto, después de todo el tiempo, dinero y esfuerzo que has puesto, y tener que darte una vez más la vuelta, y no poder llegar al siguiente punto, o incluso a la cima.
Es por esto que es tan importante poner unos objetivos y un criterio de eliminación si dichos objetivos no se cumplen.
Ejemplo: Mi experiencia con la funcionalidad de eventos en Santander X
En mi época en Santander X, la plataforma para emprendedores universitarios del Banco Santander, decidí apostar por crear eventos.
La idea es que los emprendedores querrían hacer una menor inversión de tiempo para ver un evento comparado con el tiempo que tendrían que aplicar a una convocatoria de emprendimiento.
Se definió un MVP, se lanzó, pero los números esperados no llegaron.
¿El problema?
Uno clásico de los product managers, que es tener suficientemente en cuenta la adquisición. Esto, traducido a un idioma que se entienda, quiere decir que no había suficientes eventos en la plataforma, y los que había no se promocionaban lo suficientemente bien como generar suficiente adquisición.
Si bien se definieron bien las métricas que se perseguían, no hicimos lo que recomiendo en el artículo, que es poner una fecha concreta en donde se revisan las métricas que se querían alcanzar originalmente y una métrica para matar el producto.
Y sin esto, lo que suele pasar es que se quedan funcionalidades “zombies” o “ni fu ni fa” en tu producto, quitando el foco a los usuarios de probar lo que realmente crea valor.
Antídoto #2: Analiza el valor esperado
Si miramos objetivamente las 2 opciones que se nos presentan, abandonar o perseverar, no tendremos claridad mental.
Pero si podemos analizar el valor esperado, y analizamos ambas opciones, será mucho más fácil tomar decisiones.
Y esto es muchísimo más importante cuando estamos analizando el valor esperado que se puede generar a la hora de perseverar, porque como vimos antes, tenemos un sesgo cognitivo que nos impide abandonar nuestra inversión inversión inicial.
Esto quiere decir que si inviertes tiempo y dinero en algo, y ves que no funciona, es mucho más probable que sigas tirando dinero y tiempo al problema para “recuperar la inversión inicial”.
Es por eso que muchos inversores que acaban de empezar ven como sus acciones caen y no pueden aceptar la pérdida y vender. Seguirán aguantando la inversión, incluso hasta el punto de que la acción no valga nada.
Ejemplo: Decidir dejar de trabajar en Careershifters
Trabajé en Careershifters durante más de 3 años.
Los primeros 2 años fueron geniales, y la visión que personalmente me inspiraba era que en algún momento Careershifters pudiera llegar al mundo de habla hispana.
Richard, el founder, siempre ha tenido las cosas super claras. Es su empresa y estas eras sus lineas rojas:
Nos autofinanciamos: Esto quiere decir que todo el dinero que ganamos se reinvierte en el negocio.
Todos nuestros productos tienen coaches profesionales: Estos coaches tenían que tener un entrenamiento concreto que lleva tiempo y esfuerzo.
Siempre usaremos las 3 C’s: En todos los productos de Careershifters tiene que haber Contenido, Coaching y Comunidad
La parte buena de trabajar en una Startup pequeñita es que puedes ver todo, y sobre todo y más importante, yo podía ver los números financieros.
¿Qué problema ves con este modelo de negocio?
Me costó verlo durante los 2 primeros años, pero el tercero lo vi bien claro.
El problema es uno de escalabilidad.
Sin financiación, y con la obligación de tener siempre a coaches profesionales (con sus costes asociados) veía que era complicado crecer de forma rápida en ese momento y en el futuro cercano.
Después de este análisis ví el futuro y ví que estos principios no permitirían que esta empresa creciera lo suficiente para dominar mercados y hacer un exit, y fue en ese momento, cuando vi ese futuro, que decidí abandonar.
Antídoto #3: Altares y monos malabaristas
Alphabet, la empresa matriz de Google, tiene bajo su paraguas una empresa que curiosamente se llama igual que la red social de Elon Musk: X
Pero la empresa “X de Google”, a diferencia de la red social, se dedica a financiar proyectos que generen 10x valor para la humanidad.
Uno de estos proyectos es el famoso coche auto-conducido por inteligencia artificial, cuyo proyecto se llama Waymo.
Uno de las historias que Sebastian Thrun, co-fundador de X, contaba a todas las personas que trabajaban en X era la de un negocio que conseguía que un mono hiciera malabares con bolos, y que dicho mono hiciera esos malabares encima de un pedestal.
Lo que proseguía a contar Thurn era que lo difícil del negocio era que el mono hiciera malabares con bolos, y lo facil era que lo hiciera encima de un pedestal.
La moraleja del cuento es que muchas veces nos enfocamos en hacer lo facil, el pedestal, porque no queremos enfrentarnos a la parte dificil, que es que el mono haga malabares con bolas.
Y esa es la parte a la que tenemos que poner 100% del foco en primer lugar, porque es lo que realmente creará valor para el proyecto. Supongo que todos en nuestra carrera profesional hemos caído más de una vez en esta trampa.
Y esta trampa, como hemos visto, es muy peligrosa porque cuanto más tiempo inviertas, más será la necesidad que sientas de recuperar la inversión del tiempo invertido y mayor será tu compromiso.
La realidad es que este modelo nunca lo había pensado ni tenido en cuenta, por lo que no puedo decir que lo haya aplicado.
Pero lo que si es seguro que es que lo tendré en cuenta de aquí en adelante como un muy buen modelo mental a tener en cuenta para el futuro.
Antídoto #4: Un “Quitting Coach”
El libro de Annie Duke habla de contratar un “quitting coach”, y da el ejemplo del inversor Ron Conway, que hacia precisamente esto con los founders de las empresas en las que invertía.
En este caso, cuando se daba cuenta de que una startup no tendría futuro, le pedía a los founders que abandonaran y les daba razones objetivas para que tomaran esta decisión.
El caso es que la mayoría de los founders, como ya podemos imaginar después de leer este artículo, le decían que no iban a abandonar nunca, y que el éxito estaba a la vuelta de la esquina.
Como sabía que discutir no valdría para nada, sobre todo con la gran cantidad de persistencia y aguante que suelen tener los founders, lo que hacía aceptar la decisión del founder para luego definir métricas concretas que los founders tenían que conseguir en un tiempo concreto.
Y una vez definidas estas métricas, Ron Conawy se preocupaba de poner esa fecha en el calendario para hacer seguimiento junto con el founder.
Una vez pasado el tiempo, llegaba el día de la reunion el founder, y la hora de revisar las métricas que se habían comprometido en la reunión anterior.
La realidad y crudeza de los números se podía ignorar una, dos o tres veces. Pero después de no cumplir numerosas veces con las métricas comprometidas, los founders mismos se daban cuenta que persistir no tenía sentido, y aceptaban la derrota.
Por eso tener ese pepito grillo que nos diga la verdad aunque duela y nos obligue a poner compromisos de objetivos claros en un marco de tiempo concreto es un gran antídoto para no caer en la trampa de persistir eternamente.
Conclusiones
Aunque la cultura general diga que hay que perseverar a cualquier precio, la realidad es que perseverar y abandonar son dos decisiones igualmente válidas.
Lo importante es poder analizar el valor esperado que cada una de las dos decisiones nos dará en el futuro, y decidir de forma objetiva la que más valor nos produzca.
El problema es que hay sesgos cognitivos como la falsa creencia de que perseverar es siempre la mejor opción, la necesidad de recuperar el valor perdido, la escalada de compromiso y no saber distinguir nuestra identidad de lo que realmente nos conviene en el largo plazo.
Para evitar estos sesgos cognitivos necesitamos buscar antídotos como definir puntos de abandono cuando definimos objetivos, analizar de forma objetiva el valor esperado en la opción de persistir y así como en la opción de abandonar, empezar siempre por la parte más complicada de resolver y por último, buscar gente que nos permita evaluar objetivamente el valor que obtendríamos si persistimos y el valor que obtendríamos si abandonamos, y poder elegir objetivamente entre los dos.
Si quieres profundizar
Los 2 libros de Annie Duke son una maravilla, y te permitirán profundizar en modelos mentales que te permitirán tomar mejores decisiones tanto a nivel profesional como pesonal:
Thinking in Bets: Making smarter decisiones when you don’t have all the facts (Pensar en modo apuestas: Tomar mejores decisiones cuando no tienes toda la información)
Quit: The power of knowing when to walk away (Abandonar: El poder de saber cuando retirarse)
Si os ha gustado, compartidlo
Si lo que escribo te sirve, por favor compartidlo con la gente que creas le puede servir, y también dadle al corazoncito ♥️
Me ha gustado el artículo. Explicas muy claramente todos los sesgos que te impiden abandonar y me siento representado en cada uno de ellos. Estoy de acuerdo con la mentalidad del abandono a tiempo: al contrario que Muhhammed Ali, al final lo que quieres es asegurar que tienes la persistencia necesaria en las batallas en las que puedes tener éxito y abandonar rápido las que no. A menudo nos vemos valorando más el sacrificio y el sufrimiento que el resultado (que no digo que para ciertos temas personales no esté bien).