Cómo la cultura afecta a tu trabajo en producto digital
El lenguaje afecta la cultura, y ésta afecta a su vez la percepción de las personas y cómo trabajan en equipo. Entender esto es fundamental para adaptarte y transformar la cultura de producto.
TL;DR
Los piraha son una tribu en el Amazonas que ha sobrevivido el paso del tiempo manteniendo su propia cultura y lenguaje, sin interaccionar prácticamente con extranjeros.
En 1978 un lingüista llamado Daniel Everett fue a vivir con su familia al Amazonas para integrarse en su cultura, entender su idioma y traducir el nuevo testamento al idioma de esta curiosa tribu.
Siguiendo prácticas creadas por Noam Chomsky, famoso lingüista que generó una teoría sobre el lenguaje universal, fue descifrando poco a poco el lenguaje de los piraha.
A medida que avanzaba en el aprendizaje del lenguaje se dió cuenta que había puntos importantes en la teoría de Chomsky que no se cumplían con los Pirahas.
Por ejemplo, los piraha no tenían conciencia del tiempo, para ellos la vida era un continuo presente. También se dió cuenta de que no sabían contar, y tampoco tenían ninguna teoría sobre cómo se creó el mundo.
Un ejemplo concreto (y en este post veremos más) era la palabra “pescar”. Para David “pescar” era con una caña y encima de un barco, pero para los piraha pescar era coger peces con la mano o cazarlos con un arpón de madera.
Por mucho que Daniel intentaba explicar la palabra “pescar”, los Piraha no entendían lo que él quería decir con la palabra “pescar”, ya que no tenía contexto en su cultura.
Todo cambió cuando Daniel empezó a integrarse en la cultura, esto le permitió entender mejor a los Piraha y su forma de pensar y entender, y también compartir sus puntos de vista del mundo.
Si bien esta historia pareciera que no tiene relación con la creación de producto, cuando cambiamos de empresa y no nos damos el tiempo para entender la cultura y porqué se hacen las cosas de la forma que se hacen y en qué contexto se hacen, podemos generar tensión y mal estar en la nueva organización.
Únicamente haciendo el esfuerzo de integrarnos en la nueva cultura podemos realmente entender la forma de pensar de las personas en la empresa, y podremos luego compartir otras formas de ver el mundo explicándolo desde el punto de vista de la propia cultura de la organización.
El error más grande que puedes hacer es no tomarte el tiempo de integrarte en la cultura, o criticarla sin querer entender.
En este post contaré la fascinante historia de la vida de Daniel con los piraha, pondré contexto y ejemplos de posibles malentendidos que se pueden producir cuando entras en una nueva cultura dentro de una nueva empresa, y estrategias para poder adaptarte a la cultura y empezar a transformarla desde dentro.
La historia de los Piraha
Daniel, junto con su familia, decidió enrolarse para ser misionero en el amazonas, y de esta manera poder traducir el nuevo testamento al idioma de los piraha para así poder cristianizarlos.
Su objetivo principal era poder sacar a los “pobres indígenas” de una vida sin sentido, para así darles un propósito en la vida y la posible conexión con Dios que él mismo sentía en su día a día.
A medida que empezaba a aprender la cultura de los indígenas, se dió cuenta de que había puntos del lenguaje que no llegaba a entender.
Un ejemplo es que los piraha no tienen palabras para hola, adiós, gracias o perdón. Cuando llegan a un sitio dicen “he llegado”, y cuando se van dicen “me voy”.
Tampoco los piraha tienen sentido del tiempo. Es ahora siempre, y esa es su realidad.
Por esta razón, cada vez que Daniel les decía que vendría un avión en un día, pensaban que era una especie de mago, porque ellos no podían predecir lo que pasaría en el futuro.
Daniel, en esos momentos pensaba que sin poder hablar del paso del tiempo, del pasado o el presente, y sin la posibilidad de contar, ¿cómo podría enseñar a los piraha el nuevo testamento?
También dió cuenta de que los piraha no sabían contar. Cuando iban a pescar, volvían y decían que habían pescado peces. No tenían en cuenta si era uno, dos o doscientos.
Y lo mismo pasaba con la palabra “pescar”.
Para los piraha significaba cazar peces con la mano o con arpón. Cuando Daniel les explicaba que las personas en Estados Unidos pescaban con una caña sentados en un barco, ellos lo entendían, pero no asociaban la palabra “pescar” a la forma de pescar de los americanos.
También las costumbres sexuales y rituales le chocaron mucho a Daniel. Los piraha tienen relaciones sexuales entre ellos sin importar edad o relaciones sexuales anteriores. A veces viven en pareja, pero no hay ningún ritual específico para empezar la convivencia, ni tampoco cuando se acaba.
Durante una jornada de aprendizaje del lenguaje de los piraha, Daniel intentó entender cómo ellos definían derecha o izquierda. Cuando hablaba de la mano derecha o la izquierda, los piraha siempre decían la misma palabra, y Daniel se desesperaba.
Muchas palabras de los piraha no tenían sentido.
Todo empezó a cambiar cuando un día se rompió el techo de la casa de Daniel.
Ese día Daniel pidió a los piraha ir al bosque con ellos para coger material y reconstruir su casa. En ese momento se dió cuenta que los piraha hablaban entre ellos, y de repente uno giraba a la izquierda, y luego le decía otra cosa y giraba a la derecha.
Además, en estas frases siempre se mencionaba el río.
Fue en ese momento en el que Daniel se dió cuenta que la referencia de dirección para los piraha estaba fuera de su cuerpo, y totalmente orientada al entorno. Esto es, decían acércate al río o aléjate del río. Y también entendió la obsesión de los piraha para saber dónde se encontraba el rio en todo momento.
Y fue en ese momento que Daniel entendió cómo los piraha se comunicaban en relación al espacio. Y entonces entendió el choque cultural tan grande en la forma de definir la posición de las personas en relación al espacio.
Por un lado se dió cuenta que siempre andaban uno detrás de otro, y tampoco entendía esta costumbre. Hasta que, dentro del bosque, se dió cuenta de lo útil que era esta forma de andar, porque una persona abría camino y los demás iban detrás. Además, esta forma de andar los protegía de los depredadores del bosque mejor.
Un día Daniel se fue con los piraha a la ciudad, y claro, la cultura de los piraha no estaba para nada preparada para la gran ciudad. Andaban uno detrás de otro, no entendían por qué las calles eran tan planas o el suelo era gris y no paraban de preguntar por la posición del río. También se quedaban paralizados con los coches y les daba mucho miedo cruzar la calle.
Con el tiempo pudo trazar puentes con los piraha, y todas aquellas cosas que no entendía, además de ese idioma que le volvía loco, empezó a entenderlo dentro del contexto y la cultura de los piraha.
Lecciones propias de choques culturales
Leyendo la historia de Daniel me sentí muy identificado con los choques culturales en mi propio trabajo.
El choque cultural lo viví durante mi tiempo trabajando para Telefónica en España.
Una de las cosas que más me llamaron la atención fue lo mucho que se molestaban los ingleses porque los españoles “solo daban órdenes por email” y nunca preguntaban por cómo estaba la persona que recibía el mail.
Y es que es una costumbre muy inglesa empezar los mails con frases como “I hope you are doing well” (espero que estés bien) y frases por el estilo. Esto en la cultura española es algo raro, pero en la inglesa si no se hace se ve como mala educación y falta de modales.
Otro choque cultural fue la puntualidad en las reuniones o tener siempre agenda en las reuniones. En España no se tiene costumbre poner agenda y tampoco empezar y acabar en la hora acordada, mientras que en Inglaterra pareciera que era algo bastante normal.
También trabajé en una empresa americana “Fiserv” en donde todos los empleados eran ingleses. En este caso el choque cultural venía de la visión “americana” de conseguir objetivos muy ambiciosos, y el pragmatismo británico que siente cierto rechazo al modelo super motivacional americano.
Por mi parte, durante mi época en Careershifters, en donde prácticamente todos los empleados eran ingleses excepto yo y una chica de Filipinas, el choque cultural quizás fue mi forma directa de decir las cosas en algunos momentos.
Todos estos ejemplos apuntan a diferencias culturales entre personas de diferentes países.
También se dan cuando hablas de experiencias y formas de trabajar que son foráneas a la cultura empresarial en la que te integras cuando aceptas un nuevo trabajo.
Algunos ejemplos que puedo compartir son solicitar el uso de Amplitude, que es una herramienta de analítica de producto, y que personas me pregunten que para que quería usar Amplitude cuando ya se tenía integrado Google Analytics, que en ese momento estaba orientado más a herramienta de marketing digital.
Otro ejemplo ha sido en algunas ocasiones explicar y hacer entender a stakeholders sobre la importancia de hacer discovery hablando directamente con los clientes y entendiendo su cultura (de la misma forma que Daniel hacía con los piraha). Esta petición también en alguna ocasión has sido mal recibida cuando la propuse.
Por cierto, aunque no lo hayas pensado, esta sensación de “foráneo” será bidireccional. Han habido en muchas ocasiones prácticas que me han parecido totalmente erroneas.
En algunas ocasiones he tenido razón con mi forma de la realidad, pero en muchísimas otras, después de un tiempo, he entendido la necesidad de lo que se hacía dentro del contexto de la empresa y la industria.
Por eso mi recomendación es que te tomes el tiempo para entender la razón detrás de cómo se hacen las cosas. Esto es, hagas como Daniel y te integres en la cultura para entender el porqué de las costumbres que hay detrás de las acciones de las personas.
Podría compartir miles de ejemplos más, pero creo que el mensaje de fondo siempre es el mismo.
La realidad es que las diferencias culturales afectan nuestra percepción y generan problemas a la hora de trabajar en equipo, tanto en personas de diferentes países como personas del mismo país pero con diferentes experiencias profesionales.
Contenido para profundizar
Hay unos cuantos libros que os recomendaría si queréis explorar este tema tan apasionante de cómo la cultura impacta al cambio.
No Duermas, hay serpientes: Vida y lenguaje en el amazonias: En este libro, Daniel Everett cuenta la historia de sus más de 30 años viviendo con los piraha. Es una historia apasionante que abre la mente a cómo la cultura impacta en el lenguaje y la forma de ver el mundo.
El mapa cultural: Las 8 escalas de nuestras barreras culturales y cómo sortearlas: Este libro ayuda a entender cómo piensan y actuan diferentes culturas en el mundo y cómo podemos adaptarnos para mejorar nuestra forma de trabajar nuestras diferencias para así trabajar mejor juntos.
Conclusiones
Al igual que hizo Daniel con los piraha, es importante entender cómo funciona la cultura en una empresa, y no juzgar dicha cultura como “mala” o “buena”.
Empezar a embeberse en la cultura te ayudará a entender mejor porqué se hacen las cosas como se hacen, y poder integrarte en el equipo y la forma de trabajar de la nueva organización y su cultura particular.
Después de un tiempo, y cuando ya entiendas el porqué se hacen las cosas de la forma que se hacen, podrás empezar a compartir tu visión del mundo y de esta forma empezar a afectar la cultura poco a poco, y siempre desde un contexto de haber aprendido las reglas culturales primero.
Dicho de otra forma, podrás, de la misma forma que Daniel entendió que se quería decir cuando se decía “pescar”, que quieren decir las palabras que se usan en el día a día, qué acciones se llevarán a cabo con esas palabras, y poco a poco podrás empezar a explicar tu visión del mundo y afectar a cómo se hacen las cosas y la cultura de la empresa.
Hola Alex!,
Primero que todo, muchas felicidades por la publicación. Me pareció fantástica la forma en la que unes los temas. Concuerdo contigo en lo trascendental que es comprender la cultura de la empresa (ya que se habla de producto) donde se está por trabajar o estás trabajando. Podrás ser una persona extraordinariamente buena para desempeñar tu rol, pero si no logras comprender y encajar en la cultura, seguramente no lo pasarás muy bien, ya por último, se vuelve súper importante el tema del onboarding.
Una vez más, muchísimas felicidades.
Me parece un punto de vista muy interesante, has hilado muy bien la historia con lo que querías contar. Por un momento me he acordado de la película "Holocausto caníbal". Espero que no se comieran a Daniel para el aperitivo.
En cuanto a la cultura de empresa, me leí en navidades el libro "Aquí no hay reglas", de Reed Hastings, sobre la forma de hacer las cosas en Netflix. Él menciona que a veces los nuevos empleados no cogen de primeras su política de sinceridad extrema.
Gran publicación como siempre, Alex